viernes, 3 de septiembre de 2010

La grafología, una herramienta eficaz en la gestión de RR HH


Se utiliza habitualmente en la selección de personal

La grafología, reconocida como ciencia desde 1871, es una técnica proyectiva que analiza la escritura con el fin de describir diferentes aspectos de la personalidad de un individuo como son: el equilibrio emocional, temperamento, autocontrol, madurez, autoestima, sociabilidad y forma de relacionarse con los demás, tipo de inteligencia, aptitudes profesionales, capacidad de trabajo en equipo, flexibilidad y adaptación, eficiencia, ritmo de trabajo, dinamismo, motivaciones y honestidad, entre otros. Este último aspecto es muy difícil de identificar con otras técnicas.

Aunque muchos piensan que la letra se puede cambiar, no es así dado que los gestos gráficos se conservan inalterables ya que se trata de un acto en el cuál intervienen varios sistemas senso-motores, que parten de la corteza cerebral. La grafología es por lo tanto una técnica de máxima fiabilidad que no permite la manipulación de sus resultados.

Entre las múltiples aplicaciones de la grafología, es en el ámbito de los Recursos Humanos dónde más se utiliza y donde es realmente eficaz. A través del estudio grafológico del individuo se puede determinar su adecuación a un puesto con unas características determinadas: adaptación al ambiente de trabajo, equipo de personas, capacidad de asumir sus responsabilidades, funciones o compatibilidad con el perfil de su responsable, entre otras.

Esta técnica se utiliza habitualmente en la selección de personal. La grafología permite profundizar en la personalidad de aquellos candidatos potencialmente aptos para cubrir el puesto vacante ya que reúnen los conocimientos y experiencia necesarios, ayudando a seleccionar al candidato más idóneo para el puesto en función de las características de personalidad y habilidades profesionales requeridas.

La grafología es también muy eficaz en la definición de planes de carrera, resolución de conflictos laborales, promociones internas o reestructuraciones, entre otros. En las promociones internas o reestructuraciones aporta un valor añadido a la información del trabajador, que contrastado con sus superiores directos nos ayuda a determinar la adecuación o no del candidato a un nuevo puesto, con un nuevo equipo y una nueva situación profesional. De esta manera se evita promocionar a personas válidas en su puesto de trabajo actual, a puestos en los que no encaja y no se siente motivado, derivando en frustración para el empleado y repercutiendo directamente en los resultados de la empresa.