martes, 23 de noviembre de 2010

La gestión de las emociones colectivas en el equipo

Las empresas están formadas por personas, y por lo tanto por emociones humanas. Gestionar estas emociones está dentro de las responsabilidades de aquellos profesionales que tienen personas a su cargo.
Esta lectura ofrece unas líneas generales para clasificar los diferentes tipos de emociones así como unas pautas para gestionar las emociones del equipo.
Por suerte para las empresas, hoy día se sabe que las personas no pueden ni deben desprenderse de su dimensión afectiva en el lugar de trabajo. Los directivos tienen encomendada la labor de hacer que su equipo sea eficiente y, para lograrlo, deben saber gestionar la dimensión emocional de los profesionales que componen su equipo.

En las empresas, la atención al entorno emocional ha sido tradicionalmente una asignatura pendiente en el mundo de las organizaciones profesionales, pero, afortunadamente, los expertos en gestión de personas son plenamente conscientes de que las emociones son las responsables del éxito profesional en un 80%, por lo que la formación en inteligencia emocional no se puede dejar en manos del azar.

Para poder llevar adelante las responsabilidades profesionales, un directivo debe saber que las emociones están presentes en todas las acciones que se llevan a cabo en el entorno laboral, como las reuniones de trabajo, la toma de decisiones o las entrevistas con las personas de su equipo y otros agentes del entorno, como, por ejemplo, los proveedores o los clientes.

Si se gestionan y canalizan las emociones de forma positiva y constructiva, éstas son una gran ayuda, poderosos recursos al alcance del directivo. No obstante, si las gestionamos de forma incorrecta, se convierten en obstáculos que generan en los profesionales y en su entorno graves y profundas alteraciones, como ansiedad, estrés o frustración.

Debido al papel que usted desempeña como directivo dentro de su organización, tiene una elevada capacidad de influencia sobre las personas que forman parte de su equipo y, por tanto, debe asumir esta responsabilidad, ya que usted en muchas ocasiones es el foco en el que se originan múltiples y variadas emociones en las personas que le rodean. Esta responsabilidad implica ser capaz de generar emociones positivas.

La clasificación de las emociones
Las emociones no actúan por sí mismas; son las personas las que generan y viven las emociones y las que se ven afectadas por ellas, por lo que es muy importante aprender a gestionarlas de manera positiva. Los expertos en psicología del trabajo clasifican las emociones en tres grupos:

• Las emociones limpias son aquéllas que en sí mismas son saludables y positivas, como la alegría, la ilusión, el entusiasmo, la esperanza, la curiosidad, la simpatía, la generosidad, la constancia, etc.

• Las emociones contaminadas son complejas y difíciles de gestionar y pueden enrarecer el entorno laboral con ingredientes conflictivos como, por ejemplo, la ansiedad, la envidia, el rencor, los celos, el miedo, el aburrimiento o la monotonía. Estas emociones contaminadas generan estrés, absentismo, frustración o conflictos de relaciones entre las personas.

• Las emociones frágiles son el resultado de una carencia emocional en las personas y se producen cuando los miembros del equipo de trabajo carecen de las mencionadas emociones positivas, sin necesidad de estar presente una emoción negativa en su lugar. La ausencia de generosidad, gratitud, confianza o tranquilidad es un ejemplo de este tipo de situaciones emocionales.

El directivo como gestor emocional
Como directivo, debe asumir la responsabilidad de favorecer las emociones limpias en su equipo de trabajo. El estilo de dirección que emplee en la gestión de personas cada día es el responsable en gran medida de propiciar o dificultar el equilibrio emocional individual y colectivo.

Por tanto, es importante que estimule la presencia de confianza, ilusión y motivación.

También debe impulsar la curiosidad, la necesidad de progresar en creatividad e innovación. Para lograr todo esto es imprescindible mostrar gratitud por el logro y el esfuerzo, fortalecer la tolerancia ante la diversidad de opiniones y ante la presencia de contratiempos, y conseguir que todo esto suceda en un entorno en el que tengan espacio el buen humor y la alegría.

Además, es importante anticiparse para evitar las situaciones que generan ansiedad, ya sea por la falta de una planificación adecuada del trabajo, por establecer metas y objetivos inalcanzables o por no aportar los recursos adecuados. También debe encargarse de hacer desaparecer de su equipo la frustración que causa a sus colaboradores la falta de reconocimiento de los logros o del esfuerzo, la desconfianza derivada de las promesas no cumplidas y la inseguridad que genera la falta de información. Por último, la gestión de conflictos debe ser una prioridad en sus tareas diarias: no puede permitir que la falta de equilibrio en las relaciones interrumpa el progreso de su equipo.

Claves para gestionar las emociones del equipo
Para mejorar en la identificación y comprensión de las emociones, es de gran ayuda diseñar un sencillo plan de trabajo. Seleccione aquellas actividades que considere que debe potenciar, estimular y fortalecer para evolucionar en su inteligencia emocional aplicada a su rol de directivo:

• Ser consciente de las emociones que experimenta usted mismo antes de llegar a su lugar de trabajo.

• Cuando experimente una emoción muy intensa, párese a reflexionar para averiguar cuáles han podido ser las posibles causas y qué consecuencias puede producir en esa emoción.

• Cuando termine la jornada de trabajo, piense en cómo se siente.

• Preste atención a las personas de su equipo para intentar percibir los cambios emocionales que se producen.

• Igualmente, fíjese cada día en qué sucesos le hacen cambiar su estado emocional.

• Observe la forma en que se puede contagiar un estado emocional e intervenga cuando crea que éste pueda ser perjudicial para el equipo.

• Tome conciencia de cómo se manifiestan las emociones en los diferentes momentos de su trabajo diario.

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