viernes, 7 de octubre de 2011

La cosa está mal, pero me voy de la empresa

Actualmente tener un puesto de trabajo es un motivo de alegría. Sin embargo, la satisfacción y el compromiso de los profesionales con su empresa es cada vez menor. Según un estudio de Mercer, uno de cada tres empleados en España está considerando seriamente dejar su organización en estos momentos.

Los vaivenes económicos y laborales hacen que el que tiene un empleo tenga un tesoro. Sin embargo, la satisfacción y compromiso de estos profesionales disminuye cada vez más. Así lo evidencia el último estudio realizado por Mercer que analiza la opinión de los empleados sobre el trabajo. El estudio, What’s Working, muestra lo que las organizaciones han sentido o visto en sus propias encuestas de satisfacción: los empleados no están contentos. Es más, el desapego que sienten es tal que el 30% de los trabajadores en España está considerando seriamente dejar su organización.

Una cifra que ha aumentado ocho puntos respecto al año 2006 y que es aún más elevada entre los más jóvenes (el 33% de los empleados de entre 25 y 34 años, junto con el 38% de los menores de 24 años). Este panorama es muy alarmante teniendo en cuenta que en situaciones difíciles el compromiso e implicación de los profesionales es, si cabe, más importante.

¿Cómo se ha llegado a esta situación? La apatía ha ido creciendo en las plantillas por una suma de circunstancias. En el ámbito del desarrollo profesional, sólo cinco de cada diez empleados cree que tiene perspectivas de futuro en su organización, y sólo cuatro de cada diez considera que las promociones se conceden a los perfiles más cualificados. Mientras que muy pocos opinan que su organización hace un buen trabajo reteniendo a los empleados con talento.

Estos resultados, que aunque han mejorado con respecto al estudio de 2006 siguen siendo bajos, indican una falta de desarrollo en la empresa y una infrautilización del potencial. Unas condiciones que las compañías no pueden permitirse en un entorno cada vez más competitivo y donde la lucha por el talento gana terreno.

El papel del jefe
Respecto a la imagen que se tiene de los superiores, el estudio de Mercer revela que sólo el 48% de los empleados confía en que sus jefes se comuniquen siempre con honestidad, y sólo un escaso 34% considera que en su organización se recompensa el trabajo en equipo y la cooperación.

Relacionado también con la labor de los jefes, destaca que de diez trabajadores sólo cuatro considera que existe una comunicación adecuada entre directivos y empleados. Entendiendo que en ésta se debe abordar la mejora del desempeño y la consecución de objetivos.

Para la firma de consultoría una organización no puede optimizar y desarrollar al máximo su plantilla cuando apenas la mitad considera que la estrategia de la organización les hará más competitivos en el futuro y que la dirección realiza acciones significativas para conseguir el éxito.

Por todo esto, consideran que es importante que las organizaciones se centren en la mejora del rendimiento, formando y desarrollando a sus directivos y jefes para potenciar sus habilidades de gestión de personas y que así puedan ayudar a sus empleados a ser más productivos y aportar a la motivación y el compromiso de los mismos.

“Las consecuencias para el negocio de esta erosión de la confianza de los empleados podrían ser significativas y, claramente, este tema va más allá de la retención. La disminución del compromiso de los empleados y la apatía generalizada pueden socavar los resultados del negocio”, explica Alberto Puente, socio de Mercer.


Expansión

No hay comentarios: