Lecciones de los Juegos Olímpicos aplicadas a los Recursos Humanos
Londres 2012 simboliza la cultura del trabajo en equipo y el máximo esfuerzo
Los ojos de medio mundo
estarán puestos en Londres este verano, pero podemos fijarnos en
detalles que nos darán algunos aprendizajes fuera de lo estrictamente
deportivo. Así lo creen des del portal Human Resource Executive Online, que aseguran que unos Juegos Olímpicos y un negocio pueden tener mucho más en común de lo que esperamos.
1. Crea equipos fuertes.
En estas competiciones, el éxito depende a menudo de cómo un equipo de
buenos deportistas a nivel individual trabajan juntos de manera eficaz
para ser los mejores del mundo en su disciplina. Tanto si se trata de un
equipo deportivo como laboral, las personas procedentes de distintos
backgrounds tienen que conseguir adaptar sus habilidades para conseguir
un objetivo común.
2. Desarrolla tu “talent pool”. El nadador Michael Phelps pasa
interminables horas en la piscina practicando, y asegura que menos de un
1% las dedica a la competición. Esto difícilmente es así en el mundo de
las empresas, pero si quieres que tus empleados sean los mejores,
necesitan tiempo para practicar. Dedica ciertos recursos a la prueba y
error, los intentos fallidos no siempre son en vano.
3. Valora el esfuerzo. En la mayoría de las carreras, la
diferencia entre el ganador y el segundo son unas milésimas de segundo, y
los dos le habrán dedicado un durísimo esfuerzo. Valora esto en los
trabajadores aún si no acaban ganando un proyecto y también si su
compañero o rival lo hace mejor.
4. Asume riesgos. Muchas medallas se consiguen con estrategias
arriesgadas, y algunas, incluso alocadas. En 1996, en la final de
gimnasia femenina, la americana Kerri Strug llegó lesionada, pero
insistió en competir de todas formas. Ideó un curioso número para el que
necesitaba mover poco los tobillos…y ganó. Las organizaciones tienen
que estar preparadas para asumir riesgos e incluso para incluir ciertos
fracasos a medida que se desarrolla la estrategia.
5. Adopta una cultura de coaching. Es de vital importancia que
los líderes de los equipos sepan hacer de coaches. En las empresas, a
menudo esta capacidad es la principal razón por la que los empleados
quieren o no quieren formar parte de un equipo. La escucha activa, la
capacidad para motivar y una visión optimista son algunas de las claves.
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