A veces pienso que tenemos que cuidar la dirección de correo electrónico
aún más que nuestro número telefónico. Podría cambiar mi número
infinidad de veces, pero jamás se me ocurriría cambiar mi dirección de
correo. Actualmente, los proveedores de email nos ofrecen varias
alternativas de seguridad para que nos quedemos más tranquilos: filtros
de spam, antivirus para los archivos adjuntos, y más. Pero para tomar precauciones adicionales, hemos armado una lista con buenas prácticas para mantener nuestra cuenta de correo electrónico bien segura.
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No dejes tu correo electrónico en foros, comentarios
de blogs, o redes sociales. Puedes convertirte en el receptor de una
enorme cantidad de spam –que afortunadamente es filtrada por la gran
mayoría de los proveedores de correo-. Muchos bots escanean toda la red
para encontrar las direcciones de correo que hayan sido desparramadas
por ahí para agregarlas a bases de datos. Por más que esto se filtre más
tarde, nunca está de más tomar precauciones extra.
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Evita el phishing. Los ataques de phishing están
diseñados para robar información personal de los usuarios, cometer
fraude, e infinidad más de cosas maléficas que pueden pasar en el
maravilloso mundo de internet. Tenemos que tener cuidado donde dejamos
nuestra información personal, asegurándonos que sean canales oficiales
–por ejemplo, la página oficial y segura de nuestro banco antes de
ingresar a nuestra cuenta, usando el protocolo https-. En cuanto al
correo electrónico, fijémonos siempre en el remitente y, por las dudas, revisemos además la página oficial
de cualquier institución que sea que nos está enviando un mensaje para
saber si hay publicada alguna información oficial al respecto de lo que
nos informan en el correo. Siempre se tienen que priorizar los canales
oficiales de comunicación.
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No reveles la información de tus colegas o
compañeros de la misma forma que proteges la tuya. Si estamos en una
conversación de correo electrónico con, por ejemplo, individuos que no
son de la entidad para la que trabajamos, no debemos poner en copia a
personas que no están involucradas, porque podemos no conocerlos tan
bien. Por eso, siempre revisemos dos veces para saber quién está en
copia. Gmail de hecho tiene un Lab muy interesante que nos permite discernir entre personas que tienen nombres similares, así no nos confundimos.
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Asegúrate de estar enviando el correo desde la casilla adecuada.
Puede que dentro de una misma casilla tengamos varias cuentas de correo
sincronizadas. Antes de enviar o responder un email, revisemos que
estemos mandando el correo desde la casilla correspondiente –aunque esto
sea algo automático-. Podemos estar sumando otra de nuestras
direcciones, por ejemplo, a alguno de esos newsletters de pesadilla de
los cuales nos podemos desuscribir solamente vendiéndole el alma al
diablo.
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Siempre revisa el asunto antes de abrir un correo
electrónico. Esto es para evitar abrir correos que son spam. Por
ejemplo, si el asunto está escrito en chino, lo más probable es que no
sea algo que tengamos que abrir. Por otra parte, aunque el remitente sea
alguien que conocemos, su cuenta de correo puede haber sido
comprometida. Si tu mejor amiga te recomienda que uses cierta pastilla
azul porque a ella le ha funcionado, claramente estamos ante un caso de
spam. Y probablemente deberías avisarle a tu amiga.
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Escanea los archivos adjuntos antes de descargarlos o de abrirlos.
Una precaución adicional que podemos tomar para asegurarnos que estamos
fuera de todo riesgo. No es por dudar de las intenciones de la persona
que nos ha enviado el archivo, pero puede que su ordenador esté
contaminado con virus y que ni siquiera lo sepa. También podemos estar
ante un caso de spam o de phishing. Gmail, por ejemplo, hace el escaneo
de forma automática, pero una vez que descargamos el archivo podemos
volverlo a revisar.
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Mantén tu bandeja de entrada limpia para evitar
confusiones. No solamente para aumentar nuestra productividad, sino
además para asegurarnos que todo está bajo control. Archiva correos,
elimina lo que no necesitas, y asegúrate de limpiar bien la bandeja de
spam diariamente.
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No reveles información privada en tus correos
electrónicos, envía mejor un archivo cifrado. Esto es obvio. Datos de tu
cuenta bancaria, de tus tarjetas de crédito, y otros datos que son
completamente personales solamente se tienen que enviar a través de una
vía segura.
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No respondas a correos electrónicos de personas que no te conocen y que no tienen ningún asunto relacionado
a tu vida. Aunque pretendan que te conocen y que necesitan tu ayuda, o
que tienen algo para darte, puedes estar ante un caso de ingeniería social. Mejor prevenir que curar: si realmente quieren encontrarnos, buscarán otra manera.
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Cambia tu contraseña con regularidad. Siempre. Y usa contraseñas que sean lo suficientemente fuertes como para resistir, como dijimos en el punto anterior, algún intento de ingeniería social.
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