- La generación Y es la más estresada y la que tiene más tendencia a padecer depresión y ansiedad
- Los expertos recomiendan no aceptar por norma conductas tóxicas en las empresas y un manejo responsable de herramientas como el correo electrónico
Adrián Díaz-Caneja| Madrid
La generación Y, de 18 a 33 años, es la
que vive más estresada en nuestra sociedad según una investigación
realizada por la Asociación Americana de Psicología (APA). Si lo
saludable es un estrés del 3,6, en una escala del 1 al 10, esta
generación tiene un nivel del 5,4. En comparación con el resto generaciones este grupo ha incrementado su estrés el último año en un 40%.
La investigación determina que este
grupo tiene, también, más tendencia a la depresión. Se encuentran en una
tasa del 19 %, por encima del 14 % de los adultos de la generación X
(entre 34 y 47 años de edad), y del 12 % de los miembros de la
generación de los “Baby Boomers” (con edades comprendidas entre 44 y 66
años). Además duplican los niveles de ansiedad respecto a la generación
de sus progenitores. La encuesta, determina que lo que causa más estrés
causa son, por este orden, los problemas vinculados al trabajo, el
dinero y las relaciones personales.
Recomendaciones ante el estrés
Maitena Servajena, consultora de Recursos Humanos y Liderazgo en Penna España, subraya como el primer paso necesario a la hora de enfrentarse al estrés es “tomar
conciencia de ello”. Algo necesario ya que “hay gente estresada que no
lo sabe, y eso estresa a muchos otros”. Para ello recomienda analizar
aspectos como nuestra respiración y también pedir feedback a los que nos
rodean.
Una vez dado ese paso Servajean
recomienda “analizar si el origen del estrés es externo o interno”. Aquí
las situaciones pueden ser muchas como la tensión máxima en el trabajo,
la pérdida de tiempo en desplazamientos o la sobrecarga de actividad.
Precisamente en su libro ‘Trabajar sin
sufrir’ la psicóloga María Jesús Álava subraya que las situaciones de
sobrecarga de trabajo generan descensos en la productividad. Ante eso y
para gestionar mejor el tiempo y la energía Álava recomienda trabajar
nuestra capacidad de análisis para saber qué es importante y cómo
llevarlo a efecto.
En ese caso estamos ante algo que
nosotros podemos cambiar. Servajean defiende que debemos saber “si
tenemos capacidad de influencia o no” ante el factor que provoca la
presión y si podemos actuar o “debemos adaptarnos a la situación”.
Todas estas etapas implican “un proceso de autoconocimiento y de una
mejor gestión emocional”.
En este sentido Iñaki Piñuel comentaba, en una entrevista,
como “en España, existe una forma de entender el estrés como algo
subjetivo y personal; como si uno tuviera que aclimatarse por sistema a
todas las barbaridades que cualquier organización pueda diseñar en
cuanto a trabajo irracional o a plazos imposibles de cumplir. Incluso,
algunos directivos manejan la teoría tóxica de que cuanto más estresada
está una persona, mejor es su rendimiento”
Estrés tecnológico
Buena parte de ese estrés vinculado al
trabajo se materializa en la relación que tenemos con nuestro correo
electrónico o nuestras cuentas en redes sociales. De hecho el acceso a
estas informaciones está, en ocasiones, descontrolado. Por ejemplo, en
la mencionada Generación Y, según un estudio de la Universidad de Granada hasta un 8% de los estudiantes universitarios españoles sufre fobia a no estar con el móvil.
Más allá de esa querencia por la
interacción continua con el gadget de turno, está el saber si esas
herramientas nos estresan más en nuestro día a día. Servajean admite que
no hay un protocolo que establezca que tiempo es el correcto para
contestar un email o un whatsapp pero si que determina que cuando “alguien
pide una contestación inmediata, tenemos que ver si es importante,
urgente o si hay otras prioridades por delante. Eso implica haber
trabajado mucho tu emocionalidad para sentirte seguro para decir que no a
algo”.
Además de al estrés ese uso afecta a
nuestra productividad, por lo que los expertos recomiendan hacer un uso
más ordenado de este tipo de herramientas. Por ejemplo la consultora
Marta Romo apuesta por determinar tres momentos a lo largo del día para
mirar qué recibimos en nuestra bandeja de entrada o establecer ciertos
momentos para las redes sociales.
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