viernes, 21 de febrero de 2014

Desenmascarando los mitos sobre los directivos

Los directivos dedican el 90% o 95% de su tiempo al día a día y sólo el 5% o 10% a la estrategia.

Mintzberg, ingeniero mecánico y  académico, apasionado por el mundo del management, en el que concentra sus esfuerzos investigadores, es uno de los más reconocidos autores sobre dirección de empresas. Estrategia, organización de empresas y roles directivos son las áreas donde destaca y en las que su trabajo cobra una mayor importancia, si cabe, debido a las interesantes conclusiones a las que alcanza y divulga en su obra.

roles directivos mitos

Este post trata sobre los roles directivos. Si te interesa este tema, te recomendamos nuestra guía gratuita Roles directivos: el secreto de los mejores:

La actividad de la alta dirección ha sido examinada con lupa por este estudioso que ha descubierto, y echado por tierra, cuatro de los mitos más famosos sobre el trabajo de los directivos, que más dudosos resultan en la práctica, cuando se estudia y se hace un seguimiento de las tareas llevadas a cabo por ellos en el día a día. Son los siguientes:

Primer mito: el directivo es un planificador reflexivo y sistemático

  • Realidad: los roles directivos en el día a día se pueden resumir en una sucesión de actividades que, en muchas ocasiones, carecen de estructura y orden lógico. La discontinuidad, variedad y brevedad de estas tareas reflejan que su ejecutor no está tan centrado en la reflexión, como cabría esperar por su posición; como lo está en la acción.
  • Conclusión: la realidad condiciona la forma de operar de los ejecutivos. Mintzberg asegura que los roles directivos estudiados coinciden en la falta de un patrón definido que deje algún momento para la reflexión, como tal, y no supeditada a las acciones ya encaminadas. La carencia de una gestión del tiempo es patente y esta falta se ve aún más acusada debido a la velocidad a la que se desarrollan los acontecimientos.

Segundo mito: el directivo eficaz no tiene que llevar a cabo obligaciones con regularidad

  • Realidad: el directivo ve cómo su tiempo se consume en obligaciones diarias de diversa índole que se desgranan en tareas de representación, negociación, etc., actividades que al cabo de la jornada suponen entre un 90% y un 95% de las horas de trabajo. El tiempo que se dedica a la estrategia queda, por tanto, reducido a un escaso 5 ó 10%.
  • Conclusión: salta a la vista la divergencia existente entre lo que se espera de los roles directivos, o lo que se exige a los ejecutivos, y lo que sucede en la práctica. Mientras que se pretende que su tiempo productivo se centre en planificar y delegar, lo cierto es que es imposible minimizar las horas dedicadas a actividades cotidianas.

Tercer mito: el alto directivo necesita información resumida

  • Realidad: los directivos encuentran mayor seguridad en fuentes directas e informales de información, es decir, que suelen optar por llamadas telefónicas, reuniones o careos, frente a la recepción de documentación y datos. Este hecho ocasiona que el 80% de su tiempo se emplee en comunicación verbal, con sus pros y contras, ya que la efectividad de la misma depende de su fiabilidad y de su base en hechos objetivos, algo que en muchas ocasiones es difícil de conseguir.
  • Conclusión: aunque los sistemas de información formales son los más efectivos para transmitir información precisa y de forma resumida, suelen quedarse cortos a la hora de proporcionar información viva y actual, que es la que más valoran los directivos y la que les pone en la pista de los sucesos que acontecerán.

Cuarto mito: la dirección de empresas se está convirtiendo en una ciencia y una profesión

  • Realidad: hablar de ciencia es hablar de procedimientos e implica la promulgación de programas sistemáticos analíticamente determinados. Al observar la actividad diaria de cualquier directivo, es fácil darse cuenta de que no existe ninguno. Sus acciones vienen motivadas por impulsos de otro tipo.
  • Conclusión: el proceso por el que el directivo gestiona su tiempo, analiza información y toma decisiones, está profundamente enterrado en su subconsciente y por eso muchas veces se puede confundir con una intuición.

La visión crítica de Mintzberg sobre los directivos

En 2004, Henry Mintzberg publicó su libro "Managers not MBAs". En él, reprocha a las escuelas de negocios de todo el mundo los contenidos de sus cursos de formación para directivos. Tras analizar las materias objeto de estudio en diferentes MBAs, llegó a la conclusión que lo que muchos ejecutivos aprenderán no les servirá para satisfacer las demandas y expectativas que sus empresas albergarán sobre ellos. 
Insiste en que son la intuición del propio ejecutivo, su visión emprendedora y su experiencia en roles directivos los pilares de la dirección de empresas y, ninguno de ellos puede enseñarse en un máster. Mintzberg afirma que el management es más un arte que una ciencia y por eso, los análisis sistemáticos o las técnicas de dirección no garantizan el éxito en la práctica.
De hecho, en ocasiones, adquirir este tipo de conocimientos puede ejercer el efecto contrario, cargando aún más presión sobre las personas que ostentan este tipo de responsabilidades, que se ven incapaces de delegar y deben aprender a tomar decisiones rápidas que les ayuden a adaptarse al entorno tan cambiante y dinámico que son los mercados actualmente. La dificultad añadida viene de la mano de las tareas que agotan la mayoría del tiempo de su jornada laboral, que reduce su eficacia entre actividades breves y superficiales, en la mayoría de los casos, que fragmentan su productividad y ponen trabas a los procesos de decisión.
Para Mintzberg es importante dejar claro que:
  • El management no es una ciencia, aunque sí que pueda servirse de algunas para optimizar sus resultados.
  • La administración de empresas requiere de experiencia y conocimiento.
  • Los roles directivos necesitan de una visión, para poder comprender las verdaderas necesidades de la empresa.
  • Los ejecutivos requieren de intuición y han de poder acceder también a los elementos necesarios para desarrollar sus análisis.
Es cierto que existe un componente científico en las actividades que se asimilan a los roles directivos, y que a veces puede ser una parte importante, pero que ciertamente, sólo podrá funcionar si se combina con la visión y la intuición y ninguna de las dos pueden adquirirse a través del estudio.


No hay comentarios: