Pocos personajes, ni reales ni ficticios, han hecho gala de un pensamiento científico tan certero y eficaz como el que Sherlock Holmes exhibía en sus aventuras. Este personaje nacido de la pluma de sir Arthur Conan Doyle dedicaba su mente privilegiada y su enorme capacidad analítica a la lucha contra el crimen, pero, poca duda nos cabe de su éxito en cualquier otra faceta que hubiera asumido, incluyendo por supuesto los negocios… al menos desde la teoría.
Si tomamos muchas de las citas que
aparecen en sus novelas vamos a encontrar desde luego un paralelismo
importante en la aplicación del significado al mundo del negocio y de la
empresa. Éstas son ocho sentencias del genial detective que
perfectamente podrían ser firmadas por los mayores empresarios de éxito
internacional en la actualidad.
1. “Es más fácil saber qué hay que explicar que explicar por qué lo sé”
Hay una frontera débil entre la
intuición y la capacidad de saber algo incluso antes de saber
verbalizarlo. El talento natural precisamente potencia esto último, una
virtud que cuando además permite poner la idea en marcha, darle forma y
aprovecharla, suele generar esos magníficos resultados que hace que los
demás nos preguntemos aquello de ¿y por qué no se me ocurrió a mi?
2. “Teorizar antes de tener todas las pruebas es un error capital. Se desvía el juicio”
Totalmente complementaria a la frase
anterior. La intuición por sí sola no es un elemento confiable. Pensar
que estamos ante una buena idea simplemente por un juicio intuitivo, sin
el contraste con la realidad, es precisamente el principio del fin de
muchas ideas de negocio.
3. ” Nunca presupongo, es un habito sorprendente, destructivo para la facultad lógica”
No presuponer, nunca tratar de adivinar,
basar siempre las decisiones finales apoyándolas en pruebas lo más
solidas que se pueda.
4. “Las pequeñas cosas son infinitamente más importantes”
Realmente son las pequeñas cosas las que
acaban decidiendo grandes asuntos. En los negocios las pequeñas señales
o los pequeños detalles pueden marcar diferencias verdaderamente
grandes; un número equivocado aquí, un plazo vencido allá, una reunión
pospuesta…
5. “Nunca se fíe de las impresiones generales, muchacho, concéntrese en los detalles”
Si todo funciona perfectamente es que no
estamos revisando el detalle suficientemente. Esta es una máxima
perfectamente aplicable a cualquier parcela pero que en el caso de los
negocios adquiere mayor certeza si cabe. Las impresiones generales,
desprovistas del análisis del detalle, tienden a ofrecer panoramas que a
veces pueden ser ligeramente engañosos y en ocasiones totalmente
falsos.
6. “Equilibramos las posibilidades y elegimos la más probable. Es el uso científico de la imaginación”
Incluso cuando no existe un método de
evaluación científico o lógico, debemos ser capaces de evaluar a partir
de las diferentes posibilidades y elegir aquella que prometa más
posibilidades de éxito en su aplicación.
7. “Ven si es conveniente – si es inconveniente ven de todos modos”
La contundencia, la persistencia y el
convencimiento son elementos imprescindibles en el mundo de los
negocios, del mismo modo que se tiene que ser capaz de aplicar la
flexibilidad máxima en determinados aspectos, ser capaz de ser
contundente cuando resulta necesario es sin duda un punto de valor muy
importante.
8. “Todo en este mundo es relativo, mi querido Watson”
Hoy más que nunca efectivamente todo es
relativo, ya nada es unitario y todo está conectado, máximas que
necesariamente tienen que estar presentes dentro de nuestro concepto de
negocio e incluso en el devenir diario del mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario