¿Cuantas
veces te han dicho NO en tu vida?. ¿En cuántas ocasiones te han
rechazado para algo?. Según algunos expertos, cada vez que estamos
tomando una decisión, sea esta mayor o menor, nos parezca más o menos
importante, estamos viviendo una vida diferente a lo que podía haber
pasado si hubiéramos tomado un camino en lugar de otro. Pasa lo mismo
cuando las decisiones las toman por nosotros, vivimos vidas diferentes
según los NO que nos aparezcan.
¿Por
qué nos sentimos mal cuando nos dicen NO?. El esfuerzo del ser humano
por controlarlo todo, implica también controlar a los demás y lo que
pasa a nuestro alrededor. Un NO es tomado como algo que no quiero y no
acepto, y nos impone un estado de malestar ya que no he sido participe
de la decisión. Como dice un amigo mío, no es lo mismo que te deje tu
pareja a dejarla tu a ella. Parafraseando a Alejandro Sanz:No es lo mismo.
Pero
debemos analizar la gran suerte que nos digan que NO. Hace poco una
persona vino a venderme una idea de negocio a mi empresa. Por ser una
conocida de hace muchos años la atendí. Cuando finalizo su discurso le
dije que su idea no me encajaba, intentando ser lo más correcto posible.
Esta persona, lejos de intentar convencerme o analizar mis argumentos
para rebatirlos, al ver que yo estaba convencido, me explico lo
siguiente: “Estoy muy contenta de que me digas que NO tanto como si me
hubieras dicho que SI. Matemáticamente en mi negocio debo recibir un
número determinado de NO para tener un SI, por lo que tu NO significa
que estoy más cerca del SI”. Mi conocida no se había vuelto loca, tenía
una actitud hacia el NO.
Una de
mis primeras entrevistas de trabajo, allá por la era cuaternaria antes
de los meteoritos, fue con una persona que hoy considero amigo y
excelente profesional. Antonio me entrevisto y yo creo que empatizamos
desde el principio, por eso desde ese día nos mantuvimos en contacto y
continuamos nuestra relación personal. A los pocos días me dijo que no
era la persona seleccionada. Me quede un poco contrariado y no le
pregunte el motivo, ya que mi decepción era proporcional a la ilusión
con la que salí de aquella entrevista. Él me dijo que con el tiempo
entendería que el puesto no era para mí, y que seguramente tendría un
futuro profesional brillante en otro lugar. Me fui jodido porque no
conseguía un trabajo y seguía en el paro, pero el tiempo y los
encuentros profesionales me hicieron continuar con Antonio en contacto y
forjar una relación personal y de respeto profesional. Pasados los
años, en un encuentro con Antonio, le recordé su “rechazo” de mi
candidatura, a lo que el con rostro confiado y mirada penetrante me
dijo “Si yo te hubiera seleccionado, quizás hoy no serias el empresario de éxito que eres”. Le
agradezco el halago, y entendí que Antonio ya intuía por aquel entonces
que un puesto técnico no era acorde con mis habilidades.
Muy
poco tiempo después me paso lo mismo con otra persona. Un Director en
una empresa de Headhunting que buscaba una persona de Recruitment (lo
traduzco al castellano, un cazatalentos que buscaba un ayudante para
rastrear candidatos potenciales para sus procesos de selección).
Igualmente la entrevista fue estupenda, y a los pocos días su llamada
fue muy clara: “Angel eres un tío estupendo, pero no te selecciono
porque en poco tiempo me vas a demandar unas labores más comerciales,
que son las que tu dominas claramente, y yo necesito alguien que pueda
estar conmigo mucho tiempo, ya que tengo que enseñarle y necesito cierta
estabilidad en este puesto de trabajo”.Comprendí a esta persona y
su argumentación, y aunque me fui nuevamente jodido, entendí que estaba
aplicando a ofertas que no eran acordes con mi desarrollo profesional
futuro.
Pasado
un tiempo tuve la experiencia contraria. Una simpatiquísima chica
sevillana se puso en contacto conmigo para poder trabajar en nuestra
Delegación de Sevilla. Yo no tenía ningún puesto en ese momento que
ofrecerle, y aun así ella decidió seguir en contacto conmigo. Cada
cierto tiempo me enviaba correos electronicos con sus pensamientos, su
forma de ver la vida de manera personal y profesional, y su maravilloso y
estupendo optimismo. En pocos meses me mando un mail
donde relataba, con toda su ilusión del mundo, que sacaba su primer
libro al mundo exterior, y que ojala nos viéramos en la presentación.
Pude acercarme a un Congreso donde daba una conferencia a saludarla, y
pude gastarla la broma que a mí me habían gastado en el pasado: “Menos mal que no te seleccione para mi compañía, sino hoy no estarías presentando tu libro”
Algunas personas hoy muy reconocidas han “sufrido” un rechazo, un NO y una decepción. Steve Jobs fue despedido de Apple, empresa que fundo, para luego ser recuperado y hacer historia, tal y como hoy lo conocemos. Michael Jordan fue
rechazado por un entrenador de baloncesto en sus inicios en el mundo de
la canasta, argumentando que nunca llegaría a nada en este deporte,
para convertirse en el mejor jugador de baloncesto de la historia años
después.
¿Puede
entonces un NO, una negativa, un rechazo, hacernos más fuertes?. Todo
depende de cómo afrontemos ese NO. En mis conferencias sobre
Empleabilidad suelo decir que siempre hay un puesto para cada persona, y
que si no eres seleccionado por una empresa, es que no eras la persona
adecuada, y que seguramente hay un puesto esperándote. Por eso les
invito, sobre todo a las personas más jóvenes, a que sean ellos mismos,
y que no escojan un papel, un rol, un disfraz o una careta, para
adaptarse a lo que “creen” que necesita una compañía para contratarles.
No es la primera vez que digo que quemaría todos los libros, artículos y opiniones (no a los autores ojo, que uno no es tan talibán) sobre cómo afrontar una entrevista de trabajo, ya que creo que hay que afrontarlasiendo uno mismo,
natural, y ofreciendo lo que es y lo que puede aportar, de manera
directa y clara. Esas “obras de teatro” en las que se han convertido las
entrevistas de trabajo, no dejan de ser tiempo inútilmente perdido si
no hay una actitud de sinceridad para no tener que hacer un “tetris laboral”, adaptándote al hueco que hay que rellenar para ser el escogido para ese puesto.
Desde hace unos años hago la misma pregunta a las personas que entrevisto: ¿Por qué tengo que seleccionarte a ti y no a la persona que viene a la continuación?. La
gran mayoría me responde con obviedades como que se van a esforzar
mucho, que tienen muchas ganas, que el puesto y la empresa les gusta
mucho, que lo van a dar todo, que van a aprender mucho, y algunos llegan
a decirme que van a echar muchas horas. Mi respuesta ante las
obviedades es la siguiente (ya lo saben los que lean esto y se enfrenten
en un futuro a este trance conmigo): “No crees que la persona que
viene a continuación puede decirme lo mismo….(silencio)….entonces ¿Qué
hago? ¿Por qué tu y no la otra persona?…..Ayudame…..ponte en mi lugar
(teatralizo un poco levantándome de mi silla e invitando a la persona
entrevistada que se siente en mi silla)”
Y tu ¿Cómo te tomas un NO?
No hay comentarios:
Publicar un comentario