Un estudio de la Universidad de Chicago encontró que los profesionales más felices y comprometidos eran los que se ubicaban en profesiones vocacionales. Pero no todo es tan fácil como suena, sobre todo teniendo en cuenta tanto el gran paro que
existe como la difícil adecuación entre las preferencias personales y
el mercado laboral. Esta relación se está haciendo cada vez más compleja lo
que exige incluso un mayor sacrificio y esfuerzo a aquellos que
persiguen, aun con todo, su trabajo vocacional. Pues de hecho diversos
estudios nos demuestran que nuestras primeras experiencias nada o poco tienen que ver con nuestra elección profesional.
Y que
incluso la precariedad laboral y abandono es alta en los primeros seis
meses. Por lo tanto, el utilitarismo para “trabajar en algo” es una
necesidad hoy en día, siempre y cuando no se pierda perspectiva de
lo que uno pretende en realidad llegar a ser. Esta pérdida de
perspectiva es muy fácil que se dé en la medida que no se encuentren
más opciones laborales o la viabilidad personal y económica para
emprender algún proyecto. En este apartado ya aparecen otras variables a
considerar como el sacrificio e incluso riesgo por perseguir esa oportunidad de trabajo vocacional.
Si
consideramos la vocación profesional como una proyección psicológica de
nuestra personalidad hacia una serie de actividades de naturaleza
organizativa, debemos otorgarle entonces el gran poder de la fuente motivacional,
esa energía que todo el mundo requiere y difícilmente se encuentra
desde su estimulación externa. De hecho, trabajar en aquello donde uno
se siente feliz y retado es, en estos momentos, el sagrado grial, algo
que todos buscan pero que pocos encuentran. La situación tan complicada
laboral que vivimos en estos momentos hace difícil pensar, o intuir
siquiera, que alguien esté realmente vocacionalmente en su trabajo. Pero
afortunadamente muchas profesiones tienen un alto sentido vocacional.
Aunque esto no quiere decir que todos los que trabajen en estas
profesiones sean vocacionales.
Aparte, sentir una vocación no solo implica una actitud emocional sino también una elaboración mental y cognitiva hacia
esa profesión o actividad. Y esto es realmente difícil si en la
escalera del proceso de formación de nuestros profesionales las primeras
decisiones no han cubierto sus preferencias o ni siquiera han tenido
oportunidades para experimentar estas preferencias. Es más, es difícil
si muchas veces esa toma de decisiones se hace sin experiencia, sin
modelos, sin testar realmente qué significa cada una de las opciones. Necesitamos ensayo y error,
pero el mercado no está ahora para ensayos. A veces nuestros
estudiantes han elegido por el resultado de lo que pueden llegar a ser y
su utilidad o simbolismo social más que por que
realmente el proceso de aprendizaje les atraiga que sería la afinidad a
sus preferencias. Por lo tanto, tenemos dos factores claramente en contra, por un lado la falta de trabajo que hace que los jóvenes, y los que no son tan jóvenes, busquen la primera opción que les salga con tal de trabajar. Y en segundo lugar, si nuestros trabajadores en su proceso de formación se han ido apartando de sus preferencias, difícilmente entonces se acercarán al grial de la vocación profesional.
Pero no
por ello debemos de perder la perspectiva, quizás más a medio o largo
plazo, de situarnos en esa vocación de la que seremos más empleables y
nos sentiremos más realizados. Quizás algunas consideraciones podrían ser:
-
Trabaja
en lo que puedas, si es que puedes y tienes la suerte de tener alguna
oportunidad laboral, para poder tener independencia económica y sentirte
con la autoestima alta y fuerte.
-
Fórmate mientras
no puedas trabajar en aquello de lo que quieres, pues la formación te
da oportunidades de conocer a gente del sector y con ello te abres más
al mercado. Busca experiencias, lee mucho, ves a foros profesionales,
sigue en redes foros y personas que son referentes, …
-
No
pierdas la mirada de querer conseguir aquello que quieres, eso sí, sé
realista y valora tu empleabilidad, y con ello la formación que tienes y
la que deberías tener. No evites cualquier experiencia que pueda alimentar tu conocimiento y talento en esta área.
-
Explora diferentes
opciones, no te ciegues a una sola idea o proyecto de la que no tengas
oportunidades a menos que las crees tú. La vocación profesional es un
sentido amplio concerniente a unas habilidades o aptitudes. Ten
flexibilidad para ir acercándote a lo que desearías.
-
Ten mucha curiosidad y experimenta, solo así sabrás y sentirás si estás en el camino adecuado. Ojo, a veces no es el trabajo el que no te gusta sino tu jefe o el clima de la organización, distínguelos.
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