Identificar el poder del león, la astucia de la hiena o la generosidad
de un oso en tus compañeros de trabajo es el principio para gestionar tu
trabajo y no ser devorado en este gran safari laboral.
Era un día como otro cualquiera en la oficina hasta que
aquel compañero con el que convivías apaciblemente en el zoo laboral
reaccionó de forma extraña. Puede ser un grito, una actitud o el mutismo
absoluto. Es imposible detectar a estos especímenes. Son los que José
Manuel Muriel, autor de Esta empresa es un zoo (Ed. ESIC), define como
locos: "Personas aparentemente normales a las que un día se les cruza
algo en la cabeza. Son imposibles de clasificar. Conviene tener la
certeza de que existen y, ante la evidencia de su aparición, poner
tierra de por medio". Muriel presume de casi cuarenta años de
experiencia en gestión de personas al frente de distintas empresas.
Miles de profesionales le han proporcionado el bagaje suficiente para
identificar a estos animales laborales con los que convivimos todos los
días en este zoo "en el que hay que compartir espacio con otros
animales, asumir normas y procedimientos para todo".
La mejor defensa para no ser cazado por los depredadores es
conocerlos. "Al igual que en la selva, en un ecosistema laboral sólo
aquellos individuos con mayor capacidad de adaptación sobreviven. Por
eso debes conocer cuál es tu rol. No puedes ir de león si no eres
cazador. Y también hay que estar muy atento al efecto manada de lobos:
el ecosistema se vuelve en tu contra cuando no te adaptas a las reglas
escritas y no escritas, ¿cuántas veces vemos excelentes profesionales
pero solitarios y sin apoyos dentro de un equipo?", explica Vivian
Acosta, socia de Talengo.
La adaptación al entorno es parte del truco para sobrevivir y
también la escucha... Pero, ¡cuidado! Según Óscar Massó, director de
estrategia de Sodexo BI, "no se trata de ser un camaleón. Es una
cuestión de inteligencia emocional y experiencia. No hay que pasar
inadvertido, sino encontrar los buenos aliados y saber hacer equipo
donde la suma de las partes supere con mucho a las individualidades".
No menos importante es trabajar la empatía y prestar
atención a la diversidad. Por que, como asegura Marta Romo, socia de
Be-Up, "puede que un profesional cebra tema a las hienas, pero estos
miedos o la intolerancia en ámbitos laborales suelen aflorar por
desconocimiento ante lo diferente. Por eso resulta fundamental hacer un
esfuerzo por abrirse a aquello que es distinto". Andrés Fontenla,
director general de Fontevalue Consulting, añade que como cualquier
comunidad, "las empresas crean un hábitat condicionado por su actividad,
tamaño, dinámica de trabajo y ciclo de vida en el que se encuentra. Es
vital crear relaciones de confianza sólidas y duraderas, algo que se
modela con el tiempo, aquí no tiene cabida la improvisación. Hay que
saber valorar objetivamente cuál es tu aportación en cada momento para
poder anticipar lo que se espera de ti". Y entre la claves para
propiciar una convivencia sana, Muriel afirma que el profesional tiene
que estar dispuesto a aprender siempre: "El peor de los pecados es la
soberbia, que te lleva a aparentar lo que no eres y pretender situarte
por encima de los demás. Es como la falta de sueño, no te deja vivir y,
además, se hace muy patente para las personas que te rodean. Asume lo
que eres y aprende a valorarlo, no te avergüences de ti mismo. Es otra
de las causas que te pueden hacer caer en el grupo de los depredadores".
Los jefes, supuestos domadores en este zoo laboral, no son ajenos a
los tipos de animales que menciona Muriel en su libro. En este
ecosistema desempeñan su papel como cualquier otro. Acosta advierte de
que "si esperas que te domen aprenderás lo que otros quieran que
aprendas. No creo que esa sea la mejor manera de progresar y
desarrollarse".
También Romo apuesta por la autogestión como vía de supervivencia,
aunque cree que "los equipos necesitan una figura de referencia que
pueda poner orden, aunque sea rotativa".
Y tú, ¿qué animal eres?
Depredadores
Peligrosos; tienes que aprender a reconocerlos. Cocodrilo: esquivo, siempre alerta para cazar a su presa.
Hiena: sólo piensa en su bienestar y se aprovecha del esfuerzo del resto.
Buitre: actúa cuando nadie lo ve, no aporta nada; carroñero, trata de morder la mano que le da de comer.
Zorro: huidizo, no ataca nunca sin estudiar a su presa y diseñar un plan.
Serpiente: muy peligrosa, no la ves venir, te confías y ataca cuando menos se espera.
Murciélago: terrible, vive a costa de los demás.
Neutros
No son peligrosos, pero no te ayudarán.
Avestruz: eficaz si las cosas van bien; es una pared cuando hay que tomar decisiones.
Hipopótamo: no le importa estar horas en la oficina... si no tiene nada que hacer.
Cebra: gusta por su porte y actitud, pero huye ante el mínimo atisbo de dificultad.
Mono: muy numerosos, son los que más ruido hacen, sociables y muy laboriosos si se les entrena bien.
Búho: poco comunicativo, inofensivo, conformista y feliz.
Mitológico: soñadores, piensan que son otra cosa que no existe.Loro: habla y habla, mira a los demás pero no los ve.
Poderosos
Sólo son peligrosos ante el ataque, pero puedes esperar cosas positivas.
Lobo: astuto y solitario, va en manada para cazar. Fuerte, eficaz, trabajador y flexible.
León: es el rey. Su presencia destaca; respetado, sólo ataca para defender su territorio o por hambre.
Oso pardo: tímido, fascinante y generoso, sabe dejar participar a los demás. Le gusta vivir en libertad.
Rinoceronte: fuerte, pero noble, tranquilo y apacible, conviene no atacarle.
Elefante: enorme y poderoso, es perezoso, pero si se
le controla y se le exige es muy trabajador. Caballo: grande, apuesto y
noble, se integra en manada. Laborioso y resistente.
Libres
Dependen de ellos mismos, son libres de sus actos. Sin embargo, al no vivir en un zoo, siempre están expuestos al riesgo.
Locos
Su comportamiento no responde a ninguna pauta y sus reacciones son inesperadas.
Fuente: 'Esta empresa es un zoo' (Ed.Esic)
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