Separar tu vida personal de la profesional en las redes es fundamental
para que tus publicaciones no afecten a tu trayectoria. A veces una foto
o un simple comentario pueden condicionar tu carrera.
Autenticidad y transparencia. Son dos de las
particularidades más potentes que las redes sociales ofrecen a sus
usuarios. Conocer información sobre la vida de los demás es el gran
atractivo. Sin embargo, debes ser consciente de que el resto también
puede acceder a tu día a día. ¿Controlas lo que subes a la Red o eres de
los que lo cuenta todo? ¿Sabes dónde está línea que no has de traspasar
para que tus publicaciones no afecten a tu trayectoria profesional?
Cada perfil es un mundo, pero un simple comentario o una
fotografía pueden condicionar una propuesta laboral, así que debes
determinar con quién compartes tu material. Lo cierto es que en las
redes se tiende a encasillar a las personas y temas como la política, la
religión o incluso el deporte son algunos de los más delicados. No hay
una regla que diga qué se puede hacer público. Es el sentido común el
que debe imperar. Por eso, tienes que saber qué contenido puede afectar a
tu carrera.
Según una encuesta realizada por CareerBuilder, uno de los
portales de empleo más usados de Estados Unidos, un 46% de los
empresarios ha rechazado alguna vez a candidatos tras encontrar en
Internet imágenes suyas que consideraban inapropiadas. Pero no basta con
ser prudente con las fotos que tienes cuando sales de fiesta.
Información sobre el consumo de alcohol y drogas o sobre malas
experiencias con antiguos compañeros de trabajo o empresas anteriores
son los otros dos motivos principales que hacen que algunas compañías
decidan prescindir de algunos de sus futuros empleados.
La actitud que tienes en las redes también cobra una gran
importancia. "Las compañías se fijan mucho en las interacciones, quieren
saber con quién hablamos, sobre qué temas, el valor de nuestras
conversaciones y el grado de aceptación o rechazo que implican.
Normalmente, no lo analizan en un momento concreto, sino en periodos
largos de una o dos semanas", explica Guillem Recolons, socio de
Soymimarca.
Control de la información
El principal riesgo es que en las redes es muy fácil perder
el control de la información. "Una vez que lanzas una frase o compartes
un contenido quedas a expensas de la interpretación de alguien, aunque
no te conozca. Por lo tanto, tendrá una imagen tuya basada en los datos
que envías", asegura Andrés Ortega, asesor de estrategia personal.
Hay redes que son más personales, como Facebook, y otras más
profesionales, como LinkedIn. En esos casos, la frontera está clara. El
problema se da en plataformas mixtas como Twitter o Instagram. Para
hacer un buen uso de estos portales, se debe distinguir lo profesional,
lo personal y lo privado. Lo profesional se refiere a todo aquello que
está relacionado con el ámbito laboral. Lo personal engloba aspectos
como los intereses o chistes, que nos permiten sintonizar con los
seguidores. Por último, lo privado hace referencia a temas como las
relaciones sentimentales u opiniones poco razonadas, y que es
aconsejable que no salgan del entorno más cercano.
De la misma manera que debes prestar atención a qué aspectos
de tu día a día publicas, también tienes que evitar caer en el error de
transmitir sólo mensajes vinculados con tu trabajo. Podrías llegar a
cansar a tus seguidores. La fórmula del 80/20 suele funcionar, es decir,
que el 80% del contenido sea de temas profesionales, y el 20% contenga
intereses personales.
Estar en las redes sociales implica unos riesgos, pero eso
no significa que sea mejor no participar en ellas. Al contrario. Ahora
la excesiva discreción genera duda. Si uno no está en estas plataformas,
es posible que al introducir su nombre en los buscadores aparezca
material que no tenga que nada que ver con él. Es mejor tomar las
riendas y que sea uno mismo el que gestione su perfil para construirse
una marca propia.