miércoles, 22 de marzo de 2017

10 razones por las que no has alcanzado tu pleno potencial

La frustración laboral está muy vinculada a nuestras aspiraciones profesionales


La frustración laboral está muy vinculada a nuestras aspiraciones profesionales. No lograr alcanzar un objetivo genera altos niveles de estrés en el empleado que ve cómo sus esfuerzos, se diluyen en detrimento de sus expectativas laborales. Sin embargo, a menudo, la solución se encuentra dentro de la persona en la que se generan esta serie de sentimientos improductivos.
Un artículo publicado en INC ha identificado las 10 razones que impiden a un trabajador sacarse el mayor rendimiento. Las habilidades y competencias profesionales de nada sirven sino se enfocan de la manera correcta dentro de la dinámica de trabajo, lo que limita además su capacidad para ascender a nuevos puestos, encarar nuevos retos y mejorar sus retribuciones laborales.
  1. El miedo como sensación predeterminada. La angustia por asumir nuevas funciones, tareas y puestos de trabajo es una sensación que a menudo va ligada a los retos. Sin embargo, sólo es a través de ellos cuando una persona puede mejorar sus competencias y avanzar dentro y fuera de la compañía.
  2. Estancamiento profesional. Pedir consejos sin nunca pasar a la acción impide que las cosas sucedan. Por ello, hay que propiciar el cambio, introduciendo poco a poco pequeñas transformaciones en la forma en la que trabajamos, el enfoque que adoptamos, la actitud con la que emprendemos y la manera en la que actuamos, a fin de dar pasos cada vez mayores.
  3. Falta de objetivos. De la misma manera que es importante enfrentar un reto, hay que conocer con qué objetivo se asume esa nueva tarea o puesto. El empleado debe entender hacia qué dirección desea encaminar su vida profesional para que esa frustración tenga una base real que poder cambiar después.
  4. Darse por vencido. No dar la talla en algo no implica no estar cualificado para otras funciones. Supone un proceso de descubrimiento de esa persona como profesional e implica otro de aprendizaje y desarrollo que no se aprende en la Universidad.
  5. Falta de una red de apoyo. Todos en algún momento necesitan de otros para avanzar en sus carreras. Bien sean mentores, líderes o compañeros, los trabajadores pueden aprender mucho de las fortalezas de otras personas, cuyo trabajo conjunto puede impulsar los proyectos hacia mejores resultados.
  6. Enfoque negativo. La negatividad es una barrera mental que algunas personas se imponen, fundamentalmente por una falta de autoestima y como consecuencia del miedo a lo desconocido. Sin embargo, ver y afrontar las situaciones desde una perspectiva optimista permite una apertura mental hacia soluciones y nuevas ideas, además de revertir en una mejora de la autoconfianza.
  7. La ineficacia de lo perfecto. Ser perfeccionista a menudo se destaca como una virtud, sin embargo, se trata de personas inconformistas que siempre creen que algo puede ser mejor de lo que es, y puede que sea cierto.  No obstante, en el mundo empresarial los tiempos se acortan y, a veces, es mejor la calidad frente a la cantidad y la eficiencia frente la perfección.
  8. Planteamientos irracionales. Las excusas no son buenas compañeras de viaje. Uno debe de buscar argumentos sólidos que apoyen sus decisiones, aunque estos estén guiados por la intuición, pero nunca hay que dar cobertura a las especulaciones y las excusas.
  9. Excesiva validación de las decisiones. La indecisión no es un rasgo que se vincule a los líderes natos. Uno debe estar seguro de sus opiniones y tomar las decisiones que considere en base a su experiencia o, al menos, a través de la comparación varias opiniones, entre ellas, la propia.
  10. Trabajo lineal. El estancamiento profesional también se debe a un acomodamiento en la posición que se desarrolla. La creatividad y el valor son dos elementos que convierten a las personas en imprescindibles y, además, son los que permiten hacer del fracaso una oportunidad profesional.

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