martes, 12 de septiembre de 2017

Cómo sentirse realizado cuando en la empresa no hay promoción interna



La promoción interna en las empresas es uno de los factores mejor posicionados entre las prioridades del nuevo talento. Se busca poder avanzar en el proyecto profesional personal y, por ello, los jóvenes buscan en las empresas programas que impulsen su capacitación y ascenso dentro de la organización. Pero ¿qué pasa si eso no ocurre?
Todos los profesionales han perseguido, en algún momento de su vida laboral, el reconocimiento de su trabajo por parte de los responsables de la empresa. Un premio al trabajo duro y/o a los buenos resultado que, a menudo, llega en forma de ascenso o mejora salarial, ya sea por vía de incentivos, beneficios sociales o retribución flexible.

Sin embargo, ¿qué ocurre cuando un trabajador no percibe lo esperado o esa recompensa no está al nivel de los resultados obtenidos? Un artículo publicado en la BBC, advierte que los viejos conceptos de promoción han ampliado sus oportunidades hacia un ascenso lateral y menos vertical que antes.

Es decir, que ahora lo que prima es sentirse motivado con lo que se está haciendo y no tanto el puesto que se ocupa. En este sentido, la adquisición de nuevas responsabilidades, retos y necesidades de aprendizaje está permitiendo aumentar la satisfacción de los trabajadores.

La cuestión es simple ¿un alto cargo, pero sin estímulos? La respuesta que están ofreciendo las nuevas fuerzas de trabajo es contundente: “No”. Algo que funciona a la perfección siempre que vaya acompañado de una retribución adecuada, aunque según algunas encuestas no es un elemento tan imprescindible, siempre y cuando el resto de elementos que ofrece una empresa a ese talento estén alineados con sus intereses y necesidades. Véase como ejemplo, la flexibilidad horaria y la formación.

De hecho, según un informe de Barclays publicado en 2016, las próximas generaciones de trabajadores son mucho más partidarias de moverse lateralmente en el mundo profesional. Y esto se aplica también a las industrias, dado que el 24% de los empleados de menos de 34 años ya ha trabajado en cuatro sectores distintos. Entre los mayores de 65, en cambio, el 59% ha pasado por tres sectores diferentes en toda su carrera.

De continuar la tendencia, los jóvenes llegarán a tener siete veces más empleos que sus padres, y para ello, será vital que este nuevo talento invierta en sus habilidades sociales, capacidades de adaptación al cambio o de resolución de problemas.

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