La transformación digital
necesaria requiere una nueva especie de jefes: líderes que sean capaces de
moverse en la incertidumbre, que potencien el aprendizaje y la curiosidad, que
liberen el talento, fomenten el espíritu emprendedor y aceleren el rendimiento.
Aunque algunos jefes se aferran
al ordeno y mando, sólo aquellos que sean capaces de convertirse en líderes
encajarán en el nuevo entorno laboral. La digitalización, la invasión de los
datos, la inteligencia artificial, la nube -cloud- y el aprendizaje de las
máquinas -machine learning- son algunos de los actores que forman parte de las
organizaciones, los compañeros con los que los profesionales tienen que lidiar
a diario. Los que más mandan también tienen que cambiar su forma de trabajar y
no sólo para una convivencia necesaria. Del correcto funcionamiento de este
engranaje dependen en gran medida los resultados de negocio.
El estudio From C-Suite to
Digital Suite, de ManpowerGroup, analiza cuáles son las claves de ese nuevo
liderazgo en el que el jefe tradicional tiene los días contados si no explota
otras capacidades para moverse en este nuevo entorno. C-Suite es un argot utilizado
para referirse a los ejecutivos más importantes de una organización. Obtiene la
'C' del nombre que encabeza su cargo en inglés, como CEO -Chief executive
officer- o CIO -Chief information officer- por poner un par de ejemplos de los
más habituales. El colectivo C-Suite está considerado el grupo más influyente
de individuos de la empresa y, en general, pertenecer a este colectivo es
sinónimo de tener la capacidad de tomar decisiones de alto impacto para la
organización. Muchos de los que han llegado a este puesto lo han hecho después
de una dilatada carrera en la empresa. Otros estrenan su cargo en otra
organización con lo que ello supone de readaptación a un nuevo entorno. Sea de
una u otra manera, la transformación del entorno de trabajo lleva aparejado un
nuevo perfil en el que el C-Suite se torna Digital Suite, el nuevo jefe
digital.
Un cambio necesario
En 2020, en poco menos de dos
años, el 30% de los ingresos procederá de nuevos modelos de negocio que
necesitan jefes diferentes. El informe de ManpowerGroup advierte de que es
necesaria una transformación digital rápida para las empresas con visión de
futuro para captar las nuevas oportunidades y competir. Estos jefes tienen que
estar preparados para liderar la era digital en tiempo récord. La revolución
industrial tardó 50 años en redefinir los procesos y aprovechar al máximo la
tecnología. Eso es historia. Ahora las organizaciones disponen de seis meses, a
veces menos, para cambiar. Y de su agilidad constante depende el éxito o el
fracaso. En ese proceso el modo de pensar y de hacer de los que mandan es
definitivo. Lo más grave es que nueve de cada diez líderes de recursos humanos
no creen tener el talento necesario para impulsar el éxito.
Otro de los datos que se
desprende de este análisis es que sólo el 47% de los CEO ha comenzado la
transformación digital, y sólo un 34% es consciente de su impacto en el
negocio.
Según este análisis, las empresas
se encuentran en distintas etapas de transformación: determinar cuál es su
importancia estratégica, identificar cuál es su rol o simplemente dar el primer
paso. Sea cual sea su posición necesitan ser más ágiles. Se trata de ser
capaces de entregar en corto plazo mientras se adaptan al largo plazo. Todavía
no existen métodos eficaces para identificar y desarrollar a los jefes que
piloten este cambio. Lo más preocupante es que el 87% de los líderes de
recursos humanos no cree poseer el liderazgo suficiente para impulsar el éxito.
Reducir la brecha entre las ideas tradicionales para dirigir de forma eficaz y lo
que demanda el nuevo entorno es el gran desafío.
Lo mismo pero diferente
Las buenas noticias de esta nueva
realidad es que el 80% de las habilidades que han hecho a los líderes eficaces
siguen siendo las mismas y se mantienen. El 20% restante lo integran las
capacidades que antes no eran tan relevantes pero que ahora resultan críticas,
tanto para los que mandan en el presente, como para aquéllos que lo harán en el
futuro.
El aprendizaje y la curiosidad
definen a este nuevo profesional, al igual que las habilidades digitales y el
conocimiento -expertise-. Ésta es la base del Digital Suite. Los líderes deben
explotar al máximo estos atributos para gestionar una comunidad de conexión
digital, analítica y conectada; jefes dedicados a crear la cultura y las capacidades
necesarias dentro de la organización para desbloquear oportunidades e impulsar
una transformación digital de éxito. En un entorno de cambio constante, las
nuevas capacidades digitales emergen tan rápido como otras caen en la
obsolescencia. Lo que se sabe es menos importante que lo que se puede aprender.
Los líderes deben ser un modelo a seguir que buscan nuevas experiencias, tienen
perspectivas poco comunes y están abiertos a nuevas ideas.
En esta mochila, las habilidades
digitales y el expertise son también imprescindibles. Los jefes tienen que
estar familiarizados con las nuevas herramientas tecnológicas para transformar
su negocio y, por supuesto, rodearse de expertos que los mantengan informados
de las últimas tendencias y desafíos a los que se enfrenta su organización.
Entre las habilidades que dibujan
el 80% del retrato robot del directivo están la adaptabilidad, las dotes de
liderazgo, la resistencia y el brillo. En primer lugar, los nuevos jefes tienen
que sentirse cómodos con la ambigüedad, en un entorno complejo y frente a la
incertidumbre. Asimismo, deben explotar sus dotes de liderazgo, es decir, su
energía y su ambición para alcanzar el éxito. La resistencia es otro de los
atributos que hace a los directivos más fuertes, junto con curiosidad y el
deseo de aprendizaje continuo. Son estas dos habilidades lo que los convierte
en profesionales brillantes.
En el otro lado de la balanza
están las nuevas capacidades, un 20% que resulta crítico para la supervivencia.
Liberar talento, fomentar el aprendizaje, acelerar el rendimiento, promover el
espíritu emprendedor y la capacidad para perder el pudor a liderar. Los jefes
deben dar rienda suelta al talento y construir una cultura que fomente el
aprendizaje continuo dentro y fuera de la empresa y, sobre todo, transmitir el
sentido del propósito, la capacidad de trabajar por y para algo.
Para acelerar y mantener el
rendimiento de sus colaboradores tienen que saber equilibrar las estrategias a
corto plazo para las empresas en desarrollo. Los mejores líderes son aquellos
que ayudan a la organización a alcanzar su metas y defienden la colaboración
multifuncional.
Los mandos intermedios son los
profesionales en los que recae buena parte de la responsabilidad para liderar
este cambio. Se espera de ellos que sean los protagonistas, pero están más
centrados en el éxito del negocio que en optimizar los procesos. Según el
informe de ManpowerGroup, uno de los grandes retos es equiparar a los líderes
de nivel medio para fomentar la innovación, correr riesgos y manejar de forma
valiente las decisiones que son vitales para la transformación efectiva.
Unos de los modelos que propone
ManpowerGroup para identificar y promover líderes digitales es el P3, personas,
propósito y desempeño -perfomance en su acepción anglosajona- que ayuda a
identificar, entrenar y desarrollar a los líderes del futuro. Esta metodología
pretende evitar el apalancamiento de los jefes y facilitar su transformación a
partir de la fuerza del trabajo.
Y aunque no existe una receta
perfecta para crear estos jefes capaces de moverse en la incertidumbre, las
conclusiones de este informe apuntan a que para liderar en la era digital es
necesario combinar lo mejor de la inteligencia humana y de las máquinas para
crear una cultura inclusiva que tenga visión de futuro y que esté preparada
para la tecnología.
En cada etapa de su
transformación, las organizaciones tendrán que identificar y desarrollar su
mano de obra presente y a los nuevos líderes que humanicen el futuro mundo
digital. Las empresas tienen que centrarse en los empleados, su compromiso, una
carrera en movilidad y el aprendizaje continuo.
Es responsabilidad de los jefes
generar una cultura, proporcionar una visión y una hoja de ruta clara. Pero no
son los únicos participantes. La transformación digital es dinámica, y obliga a
una agilidad y adaptación continua. Los consumidores, los trabajadores, los
inversores, los competidores, e incluso, las máquinas y los sistemas
intervienen en este cambio. Todos ellos deben informar a los líderes para que
tomen las decisiones más adecuadas en cada momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario